Somos una pareja que hace 8 años nos compramos una Yamaha YBR 125 sin ninguna pretensión más que usarla por ciudad. De hecho ninguno de los dos habíamos conducido nunca una moto, ni tan siquiera las típicas de 50 c.c.
¿Que es para esta pareja tan guapa ir en moto?
Esto fue un febrero de 2011 para ser exactos, pues bien… para agosto ya teníamos el A2 y compramos una Hyosung Aquila 250 c.c., con la que nos bajamos de vacaciones a Cádiz y vuelta.
Tienda de campaña, sacos, ropa… todo para dos y en una moto que aunque nos lo parecía en aquel entonces… tampoco era tan grande. Pero aquello significó un antes y un después. Descubrimos una nueva forma de viajar.
Empezamos a aficionarnos al mundo de la moto; concentraciones, eventos… así fuimos conociendo a gente maravillosa que se han convertido en familia.
Queríamos viajar más, y más lejos, siempre en moto… hasta el punto de que nuestro auto regalo de boda fue una Suzuki Intruder C800. Seguíamos en el custom.
Con ella visitamos Italia, Austria, Suiza, Alemania y la República Checa. 70.000 kms en 4 maravillosos años llenos de recuerdos
Pero para esos viajes, más allá de la frontera, llenos de equipaje, en cualquier condición climatológica, queríamos algo todavía más «rutero», y a la vez más «deportivo» para subir los puertos. Una de nuestras grandes aficiones; coronar todo lo que se nos ponga por delante: Glossglockner, Stelvio, Paso Vrsic, Transfagarasan, Translapina, Tourmalet, Aubisque un largo etc., que seguiremos sin duda ampliando.
Así que llegó el momento de dejar el custom y cambiar… «renovarse o morir». Una Triumph Trophy 1200 fue la elegida, o ella nos eligió, quién sabe. Con nuestra «Plasti», como la llamamos cariñosamente, fuimos a Eslovenia, Hungría y Rumanía además de recorrer parte de la península; Segovia, Guadalajara, Madrid, Cataluña, Cantabria, etc., 2 años y más de 40.000 km, hasta día de hoy.
De modo que… ¿qué es para nosotros ir en moto? lo mismo que para otra persona respirar. No entendemos un solo fin de semana sin andar en moto haga el tiempo que haga, ni unas vacaciones viajando de otra manera.
Vayamos donde vayamos y hagamos lo que hagamos… ¿se puede ir en moto? Pues ya está, se va.
Ya forma parte de nuestra manera de vivir hasta el punto que a veces nos preguntamos…»¿ qué hacíamos antes de tener una?» y nos cuesta encontrar la respuesta
Ir en moto es es momento que esperas toda la semana, en el que das gas y te alejas de los problemas y preocupaciones, como si acelerando no fuesen a alcanzarte por un tiempo. No necesitamos nada más que nosotros, nuestra moto y la carretera. El corazón nos late al ritmo de las revoluciones.
¿Agobiados? Una vuelta en moto y se olvida. ¿Enfadados? Se nos cambia hasta el humor. ¿Aburridos? es la solución. La moto es parte de nosotros, es la que da SENTIDO a nuestra vida.
Instagram Sentidomotero @sentidomotero
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